Piñones

Nuestros piñones ibéricos son perfectos para añadir, crudos o tostados, a tus recetas de carne o ensaladas. Su sabor a bosque, cremoso, dulce, con toques de madera o resina, les hace un complemento exclusivo en tu cocina.

Su proceso de elaboración se caracteriza por completar la maduración y realizar su extracción de manera natural: por secado al sol de las piñas recolectadas durante el invierno.

En la cocina mediterránea dan sabor a la carne picada, al bacalao, a los rellenos de pasta o a las ensaladas, espinacas, o setas. Suelen combinarse con ajo, perejil, aceite de oliva o pan tostado. En la alta cocina su empleo es muy frecuente en carpaccios, mezclados con queso, hierbas aromáticas o mariscos.

El piñón ibérico se reconoce por su forma más alargada, su color pálido, no amarillento, su sabor intenso y cremoso, no fuerte y seco y por tener menos grasa y más proteínas que otras especies.

Es el ingrediente principal en salsas tan conocidas como el pesto.

Ligeramente tostados, sacan todos sus sabores y aromas para añadirlos a tus recetas.

Protegidos en el interior de las piñas, los piñones se conservan más de cinco años. Pero, una vez que se extraen y se pelan, se pueden ponen rancios, por lo que deben ser guardados herméticamente y lejos de la luz.